La noche fluía, serena a su paso, me dirigía a la única cuadra donde las casas miran las montañas, una casa con antejardín y un envolvente olor a romero. Abrió entonces la puerta Maira Alexandra, artista plástica de profesión, con quien subimos las escaleras que comunican a su estudio, de pronto, una atmosfera sonora amenizaba...