LA COMUNIÓN DE LOS CLANES

De regreso a la aldea Cacaima, se encontró con una gran reunión en el centro de la comunidad, personas con pinturas rojas, amarillas y azules en todo su cuerpo; era el clan de la Guacamaya, que llegaba después de arrojarse a la desesperada huida del feroz fuego enemigo. Sonó el caracol desde lo alto del cerro más cercano y le siguieron los tambores, las danzas de guerra, se encontraban las autoridades, los guerreros y chamanes para brindar con sus rituales de tabaco, rapé y mambe…

Fue presentado por los abuelos frente al consejo el valiente líder y guerrero Cacaima, y así mismo se presentaron los guerreros de los clanes que comenzaban a llegar de todos los rincones del gran valle, todos los sobrevivientes que se sumaban a la casa del jaguar para luchar. Después del clan Guacamaya, llegaron los hombres Colibrí, la familia Tulcán, los guerreros Águila, la legión del puma, Los grandes guerreros hermanos cercanos del clan venado, También se juntaron las familias y los valientes guerreros de los clanes halcón, rana, conejo y búho… así se conformó el honorable ejército en resistencia al invasor; la gran nación PANCHE.

Todas las ofrendas y alimentos fueron puestos en la casa grande, por órdenes de las autoridades, era hora de prepararse y elegir una estrategia para combatir la horda de fantasmas barbaros que avanzan por el territorio, en busca de las riquezas de sus tierras, amenazando toda existencia en la selva.
Estando los centenares de hombres reunidos en la plaza de guerra, escucharon las potentes palabras del líder de los clanes Natagaima.

-Es un momento de sombra en nuestro camino, pero pondremos nuestro pie con fuerza y sin duda marcharemos de frente al miedo, y lo heriremos de muerte con nuestra lanza, tendrán que arrancar nuestras vidas con sus bestiales manos, antes de rendirnos ante ellos-.
Al escuchar esta proclama los hombres se golpearon el pecho y dejaron salir sus furiosos gritos de guerra… la algarabía se oyó en los confines de la selva y llego al oído del hombre blanco que sintió un escalofrió que le cimbraba sus piernas acorazadas.

Luego subió al frente Cacaima y habló a los guerreros:

-¡Valientes hermanos!, nuestro enemigo es poderoso y su poder se acrecienta con violencia y con inclemencia nos persigue, debemos acercarnos en la oscuridad de la noche y observar sus formas, sus armas y costumbres, debemos conocer su verdadero rostro. No podemos asumir esta pelea sin conocer la fortaleza y la debilidad de este demonio blanco…

Se destinó entonces que a la mañana siguiente partieran los hombres más veloces y silenciosos del clan colibrí, para traer el conocimiento que encuentren en los bastiones enemigos.

El clan venado será el encargado de crear los obstáculos y las trampas, harán grandes fosas y las llenaran de lodo con juncos afilados y envenenados para asegurar la suerte de los que en ellas caigan. Los clanes del rio, rana y serpiente, flanquearan todas las fuentes por donde se atrevan a perturbar sus apacibles aguas.

También se acordó que quienes van a marchar de frente contra el sanguinario enemigo, se dispondrán a entrenar noche y día, bajo el sol y la lluvia y las demás familias llevaran el oro para ocultarlo en los lugares sagrados, tan profundo y con tal empeño, que jamás generación alguna volverá a ver el fulgor de su brillo.

Cacaima culmino la ceremonia de los acuerdos con estas inmortales palabras:

-Sabemos que los conquistadores blancos han dominado nuestras tribus vecinas y que ahora se preparan para atacarnos. Pero nosotros ya estamos listos para recibirlos con las armas en las manos. No habrá piedad para ellos, ni lo pedimos para nosotros. La guerra será total y hasta la muerte. Mueren ellos o morimos nosotros, no hay otra salida. Si la suerte nos es adversa, todo de nuestra parte está previsto para desaparecer de la faz de la tierra, porque todos debemos sacrificarnos, nadie quedará vivo para soportar la afrenta de la derrota y una esclavitud humillante para un hijo de la tierra, que ha sido siempre libre como el cóndor.

Un profundo y grave ¡Aho! ¡Aho! ¡Aho! Retumbo en la selva.

Por H.Martín 

Escritor, guionista y poeta conceptual bogotano, cofundador de la organización ECONCIENTES, enfocada a a creación y fomento del arte con valores ecológicos y preservación del medio ambiente desde el área de literatura. Actualmente columnista de la revista Cultural Tras La Huella y miembro activo de RAL (Rutas de arte Latinoamericano).
Pintura: Oscar Basulto Ordóñez


Pintor, Escultor y Director de Rutas Plásticas A.C.
Hijo del Ing. Gonzalo Basulto De Alba, pintor tapatío, y de Lilia Ordóñez De Basulto, de familia de tradición artística originaria de Monterrey, Nuevo León. Cursó la carrera de arquitectura hasta 5° sem. 1997, siendo la muerte de su padre un parte aguas, desde ese momento elige una búsqueda introspectiva, la cual se asienta en la pintura como una necesidad heredada. Autodidacta y con lazos estrechos en la mística del arte.

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