"El capitán se levantó con dificultad, busco con la mirada a Cacaima, que se encontraba a unos cuantos metros herido. Saco la lanza del pecho de su caballo, mientras su contrincante natural se incorporaba, todo a su alrededor ardía, y en el suelo brillaba la sangre derramada, poco a poco se acercó el capitán arrastrando su paso, Cacaima empuñaba un cuchillo con el único brazo que le quedaba, el odio del hombre blanco le mantenía ciego, cacaima le habría arrebatado la posible gloria en estas tierras lejanas."
Cuento
"Luego de permanecer junto a su madre como si aún descansara en su vientre, Cacaima despertó cuando el sol estaba en su cenit, toda la aldea estaba revuelta, se alistaba el ejército de valientes que se quedarían a enfrentarse con las fuerzas devastadoras de las hordas plateadas, también se comenzaba a vaciar los hogares y la casa grande. Los abuelos conjuraban sus oraciones, y ofrecían al fuego todo tipo de pagamento."
"Cuando llego encontró el lugar baldío, desolado y hecho cenizas, su poder se desvaneció y cayo de rodillas al suelo, empuñando la tierra con desesperada rabia. Era demasiado tarde..."
"Cacaima en medio de aquel valle espantoso de cadáveres, reposaba su lastimada espalda sobre el humus de la selva mientras observaba el cielo, cuando de repente el sol se eclipso por las enormes alas de un cóndor, su sombra alivio el rostro del fatigado guerrero y fue entonces que tuvo una revelación, el olor a la muerte fresca habría alimentado una nueva visión de futuro."
"Cacaima aguarda tras la barricada a que se agoten sus últimas flechas, suenan truenos por todos lados y emerge en medio del campo una gran nube de humo, los perros atacan sin piedad a los primeros guerreros indios, y otros caen; de lado y lado hay heridos, el capitán se abre paso con su espada mientras lo cubren sus subalternos a tiros, sus armaduras son infalibles los arqueros se sienten impotentes, las fuerzas saltan al ataque cuerpo a cuerpo..."
Se acercan las huestes del hombre acorazado, los mensajeros del clan colibrí han vuelto con noticias del armamento y el número de hombres que avanza por el valle hacia la montaña, son cientos y les acompañaban feroces bestias, animales endemoniados, que destrozan la piel de los hijos de la tierra, con tan solo escuchar la orden de sus amos, nadie escapaba a sus fauces y a su olfato…
De regreso a la aldea Cacaima, se encontró con una gran reunión en el centro de la comunidad, personas con pinturas rojas, amarillas y azules en todo su cuerpo; era el clan de la Guacamaya, que llegaba después de arrojarse a la desesperada huida del feroz fuego enemigo..
"Sentados alrededor del fuego los abuelos convocaron a los antiguos espíritus, hicieron grandes ofrendas y bebieron los fermentos divinos, luego se unieron en una danza sagrada, sus pies estremecían el suelo y los puños golpeaban el pecho con fuerza..."
"Todos los jóvenes de la aldea corrieron a auxiliarlos; Cacaima al ver sus profundas heridas y toda la sangre que se escapaba de sus agotados cuerpos, se encendió de furia, sus puños se cerraron hasta quedar como una piedra, los hombres fueron envueltos en mantas y cargados en hombros hasta la casa grande para su curación; los abuelos estaban bastante preocupados, temían el futuro más terrible..."
"Cuando llegaban las noches, Cacaima pasaba horas meditando y preparando con ceremonia sus sueños, estaba tan fascinado por los misterios que le prometían, que a través de ellos hacia largos viajes, atravesando los campos en busca de su antiguo hogar, explorando ese extraño reino de la noche..."