"Cacaima aguarda tras la barricada a que se agoten sus últimas flechas, suenan truenos por todos lados y emerge en medio del campo una gran nube de humo, los perros atacan sin piedad a los primeros guerreros indios, y otros caen; de lado y lado hay heridos, el capitán se abre paso con su espada mientras lo cubren sus subalternos a tiros, sus armaduras son infalibles los arqueros se sienten impotentes, las fuerzas saltan al ataque cuerpo a cuerpo..."
Cuento
Se acercan las huestes del hombre acorazado, los mensajeros del clan colibrí han vuelto con noticias del armamento y el número de hombres que avanza por el valle hacia la montaña, son cientos y les acompañaban feroces bestias, animales endemoniados, que destrozan la piel de los hijos de la tierra, con tan solo escuchar la orden de sus amos, nadie escapaba a sus fauces y a su olfato…
De regreso a la aldea Cacaima, se encontró con una gran reunión en el centro de la comunidad, personas con pinturas rojas, amarillas y azules en todo su cuerpo; era el clan de la Guacamaya, que llegaba después de arrojarse a la desesperada huida del feroz fuego enemigo..
"Sentados alrededor del fuego los abuelos convocaron a los antiguos espíritus, hicieron grandes ofrendas y bebieron los fermentos divinos, luego se unieron en una danza sagrada, sus pies estremecían el suelo y los puños golpeaban el pecho con fuerza..."
"Todos los jóvenes de la aldea corrieron a auxiliarlos; Cacaima al ver sus profundas heridas y toda la sangre que se escapaba de sus agotados cuerpos, se encendió de furia, sus puños se cerraron hasta quedar como una piedra, los hombres fueron envueltos en mantas y cargados en hombros hasta la casa grande para su curación; los abuelos estaban bastante preocupados, temían el futuro más terrible..."
"Cuando llegaban las noches, Cacaima pasaba horas meditando y preparando con ceremonia sus sueños, estaba tan fascinado por los misterios que le prometían, que a través de ellos hacia largos viajes, atravesando los campos en busca de su antiguo hogar, explorando ese extraño reino de la noche..."
"En un sueño Cacaima tomo la forma de un jaguar y vio la selva a través de sus ojos felinos, su olfato se agudizo y fue dotado de toda su audacia, su cuerpo se volvió más liviano, sus sentidos más agudos y se movía con destreza entre las espesura de la selva, sintió dentro de sí una gran energía y el sueño fue algo que le renovó el alma de una forma extraordinaria..."
Cacaima seria acogido en el seno de la gran familia jaguar por el próximo lustro, hasta alcanzar su mayor estatura y seria dotado de un lenguaje mágico, de todos los conocimientos feroces de la selva, el saber de las medicinas, las plantas sagradas que le iluminarían los senderos de la conciencia para así librar las múltiples batallas de la vida…Cacaima seria acogido en el seno de la gran familia jaguar por el próximo lustro, hasta alcanzar su mayor estatura y seria dotado de un lenguaje mágico, de todos los conocimientos feroces de la selva, el saber de las medicinas, las plantas sagradas que le iluminarían los senderos de la conciencia para así librar las múltiples batallas de la vida…
Luego de luchar contra la corriente, Cacaima se encontró aferrado a una piedra en la orilla, aturdido y exhausto. Cuando por fin se incorporó, alzó su mirada cansada a las alturas, donde se vertía la poderosa cascada.
Cuando la noche pasaba por su último umbral hacia la madrugada, en la primera luna llena del equinoccio de primavera, nació Cacaima en medio del apabullante cantar de la selva. En sus primeros seis años, Cacaima, el hijo de la montaña, se habría llamado a silencio y por alguna razón extraña, no conjugó en todo este tiempo el lenguaje humano...